Boletín N° 8 “Tiempo de Encuentros”

Las mujeres centroamericanas enfrentan violencia en todas las etapas de su migración, pero también muestran fuerza y resistencia, siendo portadoras de vida y dignidad. La precariedad laboral y el trabajo informal las hacen más propensas a migrar, exponiéndolas a la violencia y motivándolas a buscar un entorno más seguro para sí mismas y sus hijos.

Las decisiones migratorias están influenciadas por crisis de violencia generalizada, socioambiental y violaciones a los derechos humanos en la región. Más del 60% de las mujeres ocupadas en la región sobreviven trabajando en el sector informal, lo que las expone a situaciones de violencia y las motiva a migrar tanto por razones económicas como por seguridad.

En los últimos años, Perú ha observado un marcado incremento en la migración de mujeres, que constituyen el 46.2% del flujo migratorio. Ante esta realidad, el Estado reconoce la importancia de fortalecer la capacitación de estas mujeres para prevenir y reducir los riesgos asociados a la violencia de género, una problemática significativa en el país. Se necesita la colaboración de toda la sociedad para erradicar esta violencia y garantizar un ambiente seguro y equitativo para todas las mujeres, tanto migrantes como locales.

Anycarlys Coromoto Baldayo García, una mujer migrante desde hace 5 años, ha liderado y empoderado a otras mujeres durante su trayectoria, transformando sus vidas de manera significativa. Su viaje migratorio comenzó en 2018 en busca de un mejor futuro para sus hijos, dejando atrás su familia, amigos, raíces y cultura. A pesar de los desafíos iniciales de adaptación cultural y barreras lingüísticas, encontró sentido en su nueva vida y se convirtió en una líder que inspira y orienta a otras mujeres que enfrentan circunstancias similares.